Hace mucho que no leía nada de literatura Argentina, en parte porque no sabía qué, quería salir del Pentateuco – Borges, Cortazar, Arlt, Marechal, Casares- y no tenía idea de para donde encarar sin pasar por esa segunda línea que para mí es Eloy Martinez, Guillermo Martinez, César Aira, Piglia, Saer y Rawson.
Pedí consejo y para mi sorpresa me recomendaron muchísimas cosas, elegí empezar por el que parecía menos pretencioso, porque esa es mi mayor crítica a la literatura Argentina, me parece que todos quieren ser el nuevo Borges, pocos aspiran a ser el primer Stephen King.
Así que repasé los títulos ... ¡éste no puede fallar!. La última de César Aira, Ariel Idez para eidtorial Pánico el Pánico.
La obra se lee cómo una comedia con referencias intertextuales a la literatura de Aira, donde Aira es el villano; o una novela escrita con el método de Aira donde hay escritas otras obras con el método de Aira donde… recursividad al infinito.
Es un thriller que trascurre en el laberintico Bajo Flores de Aira, dónde el autor eleva la apuesta capítulo a capítulo. Idez se da el gusto de hasta hacer un poco de crítica literaria Argentina, comedia política, homenajear a algunas figuras, ... en fin, es un cuento Chino en territorio Argentino (si, se parece un bastante a La Guerra de los Gimnasios).
La verdad es que me resulta imposible no querer un libro capaz de reproducir:
El Enano Más Sexy del Mundo y el Típico Puto Nazi se conocían desde el jardín de infantes, lugar donde se forjan las primeras y más perdurables amistades. En esa época, ni el Enano era tal, pues estaba a la altura de los demás niños, ni el Puto había definido su identidad sexual, aunque sí ya era un poquitín nazi en su gusto por maltratar a sus compañeros y liderarlos con mano férrea en toda clase de tropelías.O cuando van al Barrio Chino:
Pero mayor aún fue su sorpresa cuando leyó el cartel metálico que anunciaba en perfecto castellano: "CENTRO DE RESIDENTES TAIWANESES JUSTICIALISTAS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA" Debajo de esta enigmática inscripción podían apreciar claramente dos grandes escudos: uno de ellos contenía las banderas de Taiwán y la República Argentina; el otro, claro está, pertenecía al Partido Peronista. El cartel guardaba otra extraña particularidad: era el único que no estaba escrito en chino, tan sólo en castellano. Ni un mísero ideograma sobre la chapa ( Tal vez, pensaba el Enano, un solo ideograma bastaría para describir el nombre y las funciones de la institución, así de económica podía resultar la lengua oriental, pero ¿qué ideograma -se preguntaba- podría contender en sus filigranas la noción de "peronismo"?)
A pesar de estar escrita en tono de broma, Idez escribe en profundidad y combina muy bien los dos elementos en varias ocasiones. Por ejemplo, cuando el Gurú escuchando atentamente al Enano más Sexy del Mundo le dice:
- La suya es una metáfora poco feliz, pero de todos modos la comprendo... Bah, en realidad no comprendo nada puesto que ya sabemos: "no se puede comprender", pero eso es todo lo que es el caso, es decir, el mundo, y no una muestra histológica del tejido que conforma la superficie del discurso como el que usted expone, pero basta, en fin, con estas disquisiciones tan poco afines al género dialógico, comprendo. Por lo tanto, atengámonos básicamente a la ficción del sentido, su punto. Estamos hasta las bolas.
- Ustedes, occidentales, cabezas necias. Se creen lo más huachi pulenta (como dicen acá) y son (acá gustan decir) unos giles de cuarta. Inventaron capitalismo, muy bien. Inventaron comunismo, los felicito. Pero olvidan que Imperio Chino se inventó a sí mismo y eso sí que fue un parto. Y los Chinos, con sus inventos de occidente, ¿qué hicieron? ¡Economía Social de Mercado! Chiva calenchu (como dicen...). La síntesis de maestro Hegel, señor. La historia culmina, de cajón, en Astucia China.
Confieso que a mi gusto, el último capítulo no estuvo a la altura del resto del libro, en parte porque lejos de ser poco pretencioso este resulta ser uno de los libros más pretenciosos de toda la literatura Argentina y necesita un final a la altura. Pero se le perdona todo a un libro capaz de plantear el uso del Justicialismo como última barrera de defensa frente a la invasión China. Imaginense, en plena plaza Tiananmen, millones de chinitos al grito de “¡Ni Yanquis ni Maoístas: Peronistas!”
La última de Cesar Aira es el Plagio más Original del Mundo y lectura obligatoria para todo el que quiera escribir algo en esta tierra y dejar de ser eco de escritores pasados.
3 comentarios:
Si me lo permitís, le quiero hacer llegar tu reseña al autor.
Me causa serio dolor que no hayas nombrado a Puig entre los piolauteres argentinos, considerando que tu hermanita lo adora con todo su ser -sobre todo por la crítica social-
Y más dolor, que sean todos masculinos.
Me voy a poner una curita en el cuore y vuelvo.
Pero soy humano y los libros se pelean para que los lea, y de Puig sólo leí el beso de la mujer araña quee meh… pero bueno, si me prestas algo que me recomiendes por ahí PUM!
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