The Longman Anthology of World Literature – The Ancient World: Vol. A

Vengo rumiando este primer volumen desde hace unos meses, la verdad es que la literatura antigua puede ser muy árida por momentos, además aproveché para mechar con un poco de historia del arte, historia universal y un volumen un poco más singular sobre religiones del mundo, todo esto en contexto da un panorama mucho más acabado de las diferentes culturas que hollaron esta tierra hace tantos años, pero puede extender bastante el tiempo de lectura...

Con más de 1300 páginas cargadas de notas al pie, introducciones históricas a las culturas que generaron los textos, algunas notas sobre los autores más importantes y un sinfín de referencias, más que un libro es una biblioteca del mundo antiguo condensada y referenciada. 

Este es el primero de seis volúmenes que componen la obra, estos son utilizados en el país del norte para las carreras universitarias de literatura, y la verdad que con una lectura atenta, este texto no necesita profesor, está todo ahí para que uno lo lea al ritmo que quiera.

En total se cubren más de 3600 años, desde los primeros textos Sumerios hasta Confesiones de San Agustín, pasando por el Mahabharata y las Analectas de Confucio. La selección es muy buena, más fuertemente fundada sobre la rama de la cultura judeo-cristiana que sirve de punto de partida para lo que llamamos cultura occidental, pero sin descuidar por completo la cultura Hindú y la China.

El nombre de la mayoría de los textos los reconocí por haber leído algo de Historia Universal y de Historia de la Filosofía y de la Ciencia, el contenido en muchos casos fué una sorpresa, exceptuando los pertenecientes a la cultura Greco-Romana, que de todas formas fue un placer releer.

La primera sorpresa fue darme cuenta de que la mayoría de los textos son de carácter religioso. Algo evidente para cualquiera que lo piense 10 minutos, en el mundo pre-moderno el principal transmisor de cultura y tradición era la religión. Acá se podría cometer el error de pensar que me refiero sólo a la historia de José, la de Sinuhé, la Historia de los dos hermanos, el libro de Job o los libros de los muertos de los egipcios. En el mundo antiguo la religión impregnaba todos los aspectos de la cultura. Leer las épicas de Homero desde una perspectiva puramente secular es no terminar de comprender que estas épicas eran ante todo un manual de conducta que enseñaba la forma adecuada de ofrendar a los dioses, explicar la jerarquía entre ellos, y la forma correcta de comportarse entre los hombres. En otras palabras, no hay grandes diferencias entre las intenciones detrás del Pentateuco, el Nuevo testamento, la Ilíada, el Mahabharata o la Épica de Gilgamesh. La religión se transmite desde tiempos inmemoriales a través del poder de las historias, y tenemos que avanzar muchísimo en el tiempo para encontrar historias que no tengan su origen en la religión.

Después encontré un montón de curiosidades, cómo la similitud entre la historia de la inundación en el Génesis y la de la Épica de Gilgamesh:
Genesis Chapter 8:
And he let out the raven and it went forth to and fro until the waters should dry up from the earth. And he let out the dove to see whether the waters had abated from the surface of the ground.
Gilgamesh Tablet 11:
When a seventh day arrived
I Sent forth a dove and released it.
The dove went off, but came back to me;
… I sent forth a raven and released it.
The raven went off, and saw the waters slither back.
La Épica de Gilgamesh está llena de curiosidades;
Antes que Goethe la épica decía:  
"I will teach about him who experienced all things."
Antes que la Odisea:
He went on a distant journey, pushing himself to exhaustion,
But then was brought to peace.
He carved on a stone stela all of his toils,
And built the wall of Uruk-Haven.
Antes de que Aquiles llorara a Patroclo:
I mourn for Enkidu, my friend.
I shriek in anguish like a mourner.
La intertextualidad dentro de cualquier cultura es increíble, y es uno de los fuertes de este libro que a través de referencias y notas al pie ayuda a la interpretación de estos textos, y termina siendo valiosísimo para una lectura más profunda de cualquier otro texto.
 
Llevándolo al extremo, y con las series y películas de Zombies tan de moda, lo que sigue es un extracto del descenso de Ishtar al inframundo, proveniente de la cultura Sumeria, posiblemente la primer referencia a muertos devorando vivos:
The Descent of Ishtar to the Underworld: Ishtar spoke to her father, Anu, saying:
“Father, give me the Bull of Heaven,
So he can kill Gilgamesh in his dwelling.
If you do not give me the Bull of Heaven,
I will knock down the Gates of the Netherworld,
I will smash the door posts, and leave the doors flat down,
And will let the dead go up to eat the living!
And the dead will outnumber the living!”
En este volumen también encontré la primera explicación de porqué no leí casi nada del Caballo Troyano ni en la Ilíada ni en la Odisea:
The singers of the Homeric tradition composed many poems recounting the events of this war and its aftermath. Most have been lost: poems that told of the giving of the prize, Helen, to Paris; of the arrival of the Amazons, women warriors, to help the Trojans on the battlefield; of the hero Achilles’s falling in love with the queen of the Amazons, Penthesilea, even as he killed her with his spear; of the suicide of the hero Ajax; of the Trojan Horse and the sacking of Troy; and of the nostoi, or “returns,” of the Greek heroes. The two Homeric poems that have come down to us focus vividly on two of the crucial stories contained within the greater epic tradition.
Leyéndolo con pocas interrupciones, me llamo la atención la evolución del lenguaje (y tal vez de las emociones) a través de los diferentes períodos. En las primeras historias de Oriente Medio cómo la de Gilgamesh, las historias que conforman el Pentateuco o las historias Egipcias, es difícil entender las motivaciones de los personajes y por lo general pueden resultar extrañas y alienantes, increíblemente distantes. Para la época de los cantos Homéricos, los héroes y dioses tienen motivaciones mucho más entendibles para nuestra cultura, emociones fuertísimas como la ira y el orgullo marcan la historia de Aquiles, al leerlos hay una conexión, un nexo, aunque sea distante podemos identificarnos con algunas situaciones. Para la era de los dramaturgos (Esquilo, Sófocles y Eurípides) esta evolución alcanza su madurez, la forma en la que se expresan las emociones, el lenguaje, las motivaciones de los personajes, ya todos son entendibles desde nuestra cultura y son muy pocas las ayudas necesarias para contemporizar algunas expresiones o situaciones.
 
Otro gran descubrimiento para mí fue la riqueza de la literatura Hindú, de la que sabía poco más que la existencia del Bhagavad Gita. Fue increíble encontrarme con el Mahabharata, que cómo dice van Buitenen es el análogo equivalente a buena parte de la totalidad de la literatura occidental antigua en una sola obra.
“The Mahabharata, or “Great Battle of the Men of Bharata,” is indeed great both for its size and its argument. It has traditionally been calculated to contain 100.000 quatrains (of thirty-two syllables each), which makes it about seven times the size of the Iliad and Odyssey combined. Even more decidedly than the Greek and other foundational epics, the Mahabharata seeks to offer a total account of a culture. The text itself announces at the start, “Whatever is found here may well be found elsewhere; what is not here is nowhere.”
Van Buitenen drew an apt analogy for the work from the tradition of European literature: he invites us to imagine a combined text including the Illiad, somewhat more loosely structured; an abbreviated version of the Oddysey (the Mahabharata contains a version of the Ramayana); quite a bit of Hesiod’s account of the birth of the gods; some sequences adapted from Herodotus’s history; many passages adapted and transformed from the pre-Socratic philosophers; Socrates by way of Plato by way of Plotinus, the third-century pantheist; and a generous selection of the Gospels by way of moralizing stories. This would seem absurd in the West, he adds, but the Mahabharata actually exists. And, we should quickly note, it exists not as a jumbled anthology but with parts conjoined into a narrative whole that never loses sight of the story it has to tell.”
Obviamente en la selección del Mahabharata está incluido el intercambio entre Arjuna y Krishna que hicieron tan famoso al Bhagavad Gita.

La selección de textos chinos por ahí es más pobre, pocas cosas para destacar por sobre la selección de Analectas Confucianas y algunos textos Taoístas, lo mismo para la cultura Romana, de la que hay poco más que la Eneida de Virgilio y las Metamorfosis de Ovidio.