Pandorum

Pocos géneros me resultan tan atractivos como el de la ciencia ficción, posiblemente resultado de mis primeras lecturas infantiles, por este motivo suelo estar bastante alerta al estreno de las películas del género.

Pandorum es una de esas películas en las que desgraciadamente los guionistas pensaron que necesitaban agregar elementos del género del horror para conseguir un producto de entretenimiento masivo.


Algunos condimentos para sazonar su película de Ciencia Ficción:

  1. Aliens
  2. Mutantes
  3. Zombis
  3. Nave maligna
  4. Locura espacial
  5. Pasillos oscuros


Resumiendo brevemente el argumento, en la tierra la humanidad enfrentada con el problema de escasez de recursos y crecientes problemas de sobrepoblación, construye una nave para colonizar el planeta habitable más cercano. La historia se desarrolla en la nave, donde dos individuos despiertan del hipersueño con pérdida parcial de memoria y encuentran la nave a oscuras y con varios de los accesos clausurados.

El argumento en última instancia es la excusa, es decir la justificación del por qué de las persecuciones y peleas con mutantes caníbales en una nave gigantesca y oscura. Desde este punto de vista, fallas más fallas menos, el argumento es convincente y hasta se podría decir que bueno.

Coescrita entre el director Christian Alvart y el escritor Travis Milloy, ambos aún en sus primeros pasos, el problema de Pandorum es justamente el guión, la forma en que se cuenta la historia, la cantidad de tiempo y la forma en que se narran los acontecimientos que llevaron a circunstancias tan desalentadoras.

Un buen guión busca el equilibrio y la integración entre la acción, el suspenso y el desarrollo de la trama donde los personajes buscan qué los llevó a la situación actual… éste no es el caso de Pandorum, donde a una primera etapa de misterio le sigue la persecuta mutante que ocupa el 70% del tiempo de la película, unos minutos de explicación y luego el final feliz.

En un poco más de detalle, Ben Foster (que personifica a un ingeniero de la nave) parte hacia el reactor principal de la nave guiado por un Dennis Quaid que con poco esfuerzo logra un papel convincente. En el camino se encuentra con personas que no tienen nada que aportar sobre qué puede estar pasando pero se suman a su causa y finalmente, mutantes de por medio, se cruzan con un estereotipo de chaman indio que les cuenta lo que pasó con la nave, su tripulación y su carga todo en una sola escena.

Unos minutos más tarde, la película busca en forma atolondrada encontrar un final convincente, hay una vuelta de tuerca, e inmediatamente después le sigue el final feliz, todo demasiado comprimido después de tanto tiempo perdido en persecuciones de escasa relevancia.

Hay dos cosas que me irritan con este tipo de películas; primero la necesidad de agregar algo para hacerla “entretenida” en este caso los mutantes; segundo los errores comunes que degradan notoriamente lo que de otra forma podría ser una película igualmente entretenida, pero mucho más sólida, en este caso el mal uso de los tiempos y el guión relativamente pobre.

Hace un par de meses vi Moon de Duncan Jones, que se conforma con ser una película de ciencia ficción sin zombis, mutantes o aliens, muy recomendable pero me encontró con pocas ganas de escribir nada sobre ella.

A pesar de todo, es un entretenimiento razonable para quienes no se pongan expectativas muy altas.



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