Mi primer contacto con Macanudo fue hace muchísimo tiempo, no me acuerdo
exactamente cuándo, si recuerdo que me lo mostró mi hermana en internet. Desde
entonces, jamás vi la tira en un diario, y mi contacto con Macanudo fue siempre
en las librerías ¿será porque casi siempre leo los diarios online? ¿Será porque
La Nación pone sus chistes en un suplemento que no me molesto en agarrar cuando
estoy en un café?... ¿Por qué los diarios no publican sus chistes en sus
ediciones on-line?
Cómo sea, Macanudo para mí era una experiencia online ocasional, acompañadas
de algunas paradas extensas en El Ateneo o Cúspide frente a alguna mesita llena
de Macanudos, Gaturros, Maitenas y algún que otro Todo Mafalda. Éste último, cosas
de la vida y de este país tan particular y pintoresco, lo venimos usando con mi
mujer para seguir la inflación desde que lo compramos a 50 pesos.
Me terminé los dos Macanudo Universal y lo mejor que puedo decir de
Liniers es que me pone de buen humor y en general me ayuda a hacer las paces
con el mundo que me rodea (el artista, la localidad me deprime y da
retorcijones de estómago).
El fuerte de Macanudo es su inocencia, leyendo a Enriqueta y Fellini, a
Martincito y Olga, a Gente que Anda por Ahí, es volver a ver el mundo con ojos
de chico por un ratito. El punto más flojo de Macanudo es… su inocencia, porque
cuando hace crítica social se queda corto, le falta una pizca de agudeza, un
poco de profundidad, posiblemente sea imposible para un humorista transmitir
inocencia ser incisivo al mismo tiempo.
En realidad el fuerte de Liniers es la estética de sus personajes, de su
arte en general, de la forma en que busca los nombres para sus creaciones. No
es casual que tengamos tanto merchandising de Macanudo y nunca hayamos tenido
más que calendarios de Mafalda. Macanudo es una tira cómica y una marca para
vestir objetos, diarios, libros de viajes, señaladores, individuales,
alpargatas, etc.
Todos queremos a Olga y Fellini, pero si tengo que elegir algo que me haya llamado la atención de toda
la tira de Macanudo creo que me quedo con Gente que anda por ahí, cuando los
leo me hacen acordar mucho a Song of Myself de Whitman, y me produce cosas
bastante parecidas…
Lo único que me aburrió un poco leyendo los dos libracos de corrido
fueron los chistes forzados sobre lo difícil que es producir una tira diaria,
entiendo que terminen en el diario, pero para una publicación más duradera los
hubiera omitido. Los chistes que parecen copiados de Mafalda son entendibles, y
los homenajes a Quino más que compensan las similitudes conceptuales.
Los Macanudo Universal son la mejor forma de leer a Liniers, y el valor
artístico de la tira justifica la encuadernación y el papel de lujo, y supongo
que también su precio.
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