Boludeando por
Goodreads vi la review que hizo una amiga sobre Pyongyang: A Journey in North
Korea de Guy Delisle, en el momento se me ocurrió tratar de conseguirlo, La
Revisteria hizo agua, Entelequia $432 stock “consultar”, Amazon.com U$D10.35
más envío y después a completar el formulario F.4550 – COMPRAS A PROVEEDORES
DEL EXTERIOR… todo eso o 10 minutos de espera con algún torrent. Después se
preguntan porque florece la piratería… no habría plata mejor invertida en la
lucha contra la piratería que la invertida en mejorar los canales de
distribución.
Corea del Norte
despierta la curiosidad de casi cualquiera, un país hermético, con un líder
deificado y una sociedad que vive contradicciones que para ojos occidentales
son demasiado evidentes e imposibles de ocultar.
Mis contactos
anteriores con Corea del Norte fueron con libros de historia, un caso de
estudio en un libro de Sociología norteamericano, The Interview y una nota
especial en La Nación Revista. De más está decir que The Interview y Pyongyang
son los dos productos menos serios.
Pyongyang es un
diario de viaje, donde Delisle nos cuenta sus experiencias trabajando en la
capital de Corea del Norte, no es un viaje de descubrimiento, es una estadía de
trabajo donde descubre algunas cosas del país que lo hospeda. Aclaro esto
porque ésta novela gráfica no es un trabajo periodístico y está lejos de serlo,
no hay profundidad, no hay análisis histórico, Delisle simplemente nos cuenta
lo que vio, lo que vivió, y cómo se sintió en este lugar tan diferente.
Lo más profundo que alcanza a decir Delisle: "At a certain level of oppression, truth hardly matters, because the greater the lie, the greater the show of power. And the greater the terror for all."
Una forma de hacer
ciencia ficción es tomar una idea, por ahí presente en la sociedad, e imaginar
un mundo donde esa idea se lleva hasta el absurdo, hasta las últimas
consecuencias. Suele producir productos muy interesantes y que nos hacen pensar
sobre el mundo en que vivimos. Corea del Norte está ahí en el mundo real, un
mundo en sí mismo, con la lógica de la ciencia ficción, un mundo que a todos
nos gustaría que fuera más improbable, pero tan real como cómo fue el Fascismo,
tan real como Venezuela, el populismo y la xenofobia.
Paradójicamente, y
también en línea con la Ciencia Ficción, Corea del Norte también está ahí para
recordarnos que se puede vivir de otra forma, con ideales y valores muy
diferentes a los de occidentales y cristianos. Ver las mentiras y
contradicciones tan evidentes de un régimen que para nuestros estándares es
absurdo, tiene que servir para ayudarnos a ver nuestras propias mentiras,
nuestras propias contradicciones.
Las dos conclusiones
más estúpidas que puede sacar una persona sobre el colapso de la URSS son, en
orden, primero que el comunismo no tiene nada para aportar y segundo que el
capitalismo es el mejor sistema para el hombre. Son conclusiones atemporales,
no tienen en cuenta factores situacionales, y son cómodas porque niegan toda
posibilidad de cambio.
De la misma forma,
la peor conclusión que se puede sacar sobre Corea del Norte es que se trata
simplemente del requecho del comunismo, algo que tardara años más años menos en
derrumbarse.
Hay lecciones muy importantes para aprender de los excesos del siglo XX.
La existencia de Corea del Norte, Venezuela, el estado actual del terrorismo, el
nivel de xenofobia y la desigualdad creciente son prueba de que no hay tiempo
que perder para empezar a aprenderlas.
Bueno ya divague
bastante, lo bueno de Pyonyang es que es muy accesible, y hace pensar, aunque
en lo personal preferiría un guía más abierto y menos irrespetuoso que Delisle.
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